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Bievenidos a nuestra nueva entrega semanal de Los grandes fracasos de Apple, porque "para que una empresa haga algo bien tendrá que haber hecho otras diez mal". Con ese motivo seguimos repasando los grandes desastres de la marca de la manzana de la que tan bien se habla.

Hace una semana le tocaba el turno al Macintosh TV, ese híbrido entre televisor y ordenador que nunca llegó a cuajar. Hoy vamos a hablaros de otro ordenador surgido en los extraños 80: El Apple Lisa, amado por unos y odiado por otros, ya veréis que este ordenador entrañable no deja a nadie indiferente.

Breve repaso histórico

El proyecto como tal comenzó a gestarse en 1978 con la dirección del mismísimo Jobs. Iba dirigido a empresas y para ello se le equipó con una revolucionaria interfaz gráfica de usuario.

En 1982, Steve Jobs fue forzado a dejar el proyecto Lisa para unirse al proyecto Macintosh. Finalmente el primer modelo vio la luz en 1983 (enero) a un precio de 9.995 dólares (lo repito por si alguien lo ha leído mal: $9.995), como véis no se trata de ningún error tipográfico.

Una de las curiosidades de esta computadora reside en el nombre, la palabra LISA es el acrónimo de Local Integrated Software Architecture (Arquitectura de Software Integrada Localmente).

Pero, ¿a que no sabéis cómo se llamaba la primera hija de Steve, nacida en 1978? Sí, eso es, Lisa. Uno no puede menos que preguntarse qué fue primero si LISA o Lisa, ¿o fue una simple coincidencia?.

Qué lo hizo especial

Enamorado de Lisa

Su hardware consistía en un CPU de Motorola a 5MHz y 1 MB de RAM (imaginad esa gran cantidad de memoria en un ordenador tan limitado como ese) . Poseía dos unidades de diskette de 5,25" y como opción una unidad de disco duro externa de 5 MB.

En cuanto a su sistema operativo, era muy avanzado para su época, pues era multitarea y hacía uso de la memoria virtual, algo que luego copiaron otros sistemas. En cuanto a su operatividad, Lisa tenía dos modos de usuario principales: el Lisa Office System (Sistema de Oficina de Lisa) y el Workshop (Taller de trabajo). El Lisa Office System fue el entorno para usuarios finales. El Workshop era un ambiente de desarrollo de programas y estaba basado en texto casi en su totalidad, aunque utilizó un editor de textos GUI.

Según comentan en la Wikipedia, usando el software de Lisa y una impresora Apple se podían realizar algunos documentos con terminación muy profesional comparado con otras opciones de aquel tiempo.

Además la NASA estuvo entre los principales clientes de este modelo, usándolo entre otras cosas para la administración de proyectos.

Por qué fracasó

Antes os hemos comentado el elevado precio del aparato. Y el hecho es que los clientes potenciales fueron alejados de la compra de un LISA debido a este elevado precio, sobre todo en comparación con la competencia, como el IBM PCl de la época.

El Lisa también fue visto como un poco lento a pesar de su interfaz innovador. Además, Apple misma le cavó la tumba cuando apareció el Macintosh, que también tenía un GUI (interfaz gráfica de usuario) y un ratón pero era mucho más barato.

De hecho, el fracaso fue tal, que las malas lenguas dicen que en 1989, Apple enterró cerca de 2.700 Lisas que no se vendieron en un terraplén en Utah (como véis, se trata de un modelo entrañable porque está lleno de anécdotas curiosas).

Conclusiones finales

La conclusión es parecida a la moraleja que ya hemos extraído en otras ocasiones con otras pifias o errores de los de Cupertino. Apple sabe producir buenos productos adelantados a su época como este, pero a un precio elevado, un precio que no siempre es valorado por los clientes. Tomad en cuenta como curiosidad, que si transformásemos ese precio a valores actuales, Lisa costaría unos 21.000 dólares.

Aunque hoy vamos a sacar a la palestra un asunto aún más profundo y digno de notar. Y es que a veces productos caros abren el camino para una elevada venta de otro equipo más barato. Digamos que el producto caro hace publicidad para el barato. Esto sucedió con el Macintosh, que se benefició de aquellos que habían admirado a Lisa o incluso que lo habían usado en sus respectivas empresas. ¿Y a vosotros? ¿Qué os parece este ordenador? ¿Pensáis que se merece el título de fracaso?

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